ACÚSTICA E INSONORIZACIÓN
ACÚSTICA E INSONORIZACIÓN
Dentro del amplio sector del aislamiento, existe un campo que requiere gran especialización y una muy alta cualificación. Este es el de ACÚSTICA E INSONORIZACIÓN.
En RIGIPLAC, contamos con un amplio equipo humano y de medios técnicos, capaz de abordar cualquier proyecto relacionado con los problemas de transmisión de ruidos entre locales o recintos colindantes.
Para un buen aislamiento acústico hay que tener presente que en todas las casas hay ruidos y lo primero es identificar la fuente de donde procede.
Dentro del hogar los ruidos más frecuentes proceden de los aseos, los televisores y equipos de sonido, y de las máquinas de aire acondicionado individuales, en cuanto al sonido del exterior: coches, motos, trenes, aviones, etc.. son una muestra constante del ruido que soportamos.
A la hora de insonorizar, hay que diferenciar entre aislamiento acústico y acondicionamiento acústico para utilizar los materiales y técnicas adecuados en cada caso:
- El aislamiento acústico permite proporcionar una protección al recinto contra la penetración del ruido.
- En cambio, el acondicionamiento acústico lo que pretende es mejorar la propia acústica del recinto, controlando parámetros como la naturaleza y número de las reflexiones sonoras, resonancias modales, el tiempo de reverberación , etc..
En RIGIPLAC garantizamos el silencio básico en los casos más usuales, que por norma general suelen ser en habitaciones o en salas donde es necesario cierta concentración o descanso.
La legislación Europea recoge que el límite aceptable para soportar el ruido se marca en 65 decibelios. El ambiente diario de una oficina llegaría a este ratio. Si nos fijamos en los domicilios particulares, casi todas las comunidades autónomas han establecido un máximo de 35 decibelios en el período diurno y 30 en el nocturno.
Sin embargo, una conversación en voz alta puede producir sonido de hasta 45 decibelios. Una buena insonorización del hogar impedirá sufrir estas molestias originadas por el incesante tráfico de la ciudad, aviones que sobrevuelan un inmueble, trenes que circulan cerca de casa, vecinos que ponen la radio o la televisión a un volumen considerable, etc. Todos estos elementos tienen un punto en común: generan ruido. Y es evidente que nuestros hogares están inevitablemente expuestos a ello.